''Si lloras por no ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.''

domingo, 6 de noviembre de 2011

Ella.

Gracias.
Gracias por ésta tarde, por ese par de horas que hubiese sido imposible pasar en mejor compañía... Porque no se puede estar dando vueltas con cualquiera por media Mérida, comiendo gusanitos rancios y hablando horas sin aburrirse.
No puedo, no tengo la capacidad suficiente para darme cuenta de la grandísima suerte que tengo de tenerte conmigo. Porque no todo el mundo tiene una compenetración tan grande con alguien, no una que llegue a tales extremos, que asusta... ¡Es bestial! Darme cuenta de la suerte que tengo por tener alguien que soporte mis tonterías, mis bajones, mi memoria de pez...
Y pensar que todo empezó una noche en la que no podíamos dormir, con una conversación interminable en mitad de la madrugada, un puente de febrero, en un albergue de Baños de Montemayor.¡Nunca lo olvidaré!
Y empezó, empezó pero nunca va a acabar, que te quede claro. No te va a ser fácil deshacerte de mi... la duda ofende, que lo sepas.
Y ése hipotético caso, que lo puede estropear todo... ¡ojalá no existiese! O si.. querer pero no querer, ésa es la cuestión. ¡Si pudiésemos estar seguras! Todo sería más fácil. Porque claro, ojalá, pero no...  Tú me entiendes. Y eso es lo mejor, que lo sabes, sabes lo que yo pienso, entiendes lo que pasa por mi cabeza. Compartimos ideas, pensamientos, sentimientos, yoyogures y cinturones. ¡Es bestial! Cómo tú, violinista, eres bestial. 
Y hoy me apetecía darte las gracias por ello. Por ser cómo eres, por quererme cómo soy. Por estar conmigo, por apoyarme. Gracias. ¡¡Gracias!! 


Te quiero, fea.

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