''Si lloras por no ver el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas.''

domingo, 27 de noviembre de 2011

Chiquilla de 14 años.

Los años de colegio, con su tranquilidad y su despreocupación, no volverán nunca.

En compración con otros judios que no están escondidos, nosotros vivimos en un paraiso.

Esto se está convirtiendo en una pesadilla, pero tengo que disimular mis sentimientos y mostrarme alegre.

Me molesta depender de mi humor, pero en el refugio no soy una excepción.

Me angustia más de lo que puedo expresar el que nunca podamos salir fuera, y tengo mucho miedo de que nos descubran y nos fusilen.

A veces me pongo sentimental, ya lo sabes. Pero es que aquí a veces hay razones para el sentimentalismo.

Es posible que sea la nostalgia del aire libre, pero estoy más loca que nunca por la naturaleza.

Hace sol, el cielo está de un azul profundo, sopla una brisa hermosa y yo tengo unos enormes deseos de... ¡de todo! Deseos de hablar, de ser libre, de ver a mis amigos, de estar sola. 

Cuando el sol invita a salir fuera y el cielo es tan azul, ¡quisiera tantas cosas!

No comprendo a los que dicen <<soy débil>> y se resignan. Si tienen conciencia de su debilidad, que se esfuercen hasta corregir su defecto.

Esta mañana, mamá me ha vuelto a soltar un soberano sermón. Nuestras opiniones son diametralmente opuestas. Papá es un cielo, aunque a veces se enfada conmigo cinco minutos.

Amamos la vida, no hemos olvidado la voz de la Naturaleza, aún esperamos a pesar de todo. 

Contemplar el cielo, las nubes, la luna y las estrellas me tranquiliza y me devuelve la esperanza.

Noche sombría y lluviosa, viento y nubes en fuga. Por primera vez en el año, cara a cara con la noche, me he sentido dominada por su hechizo.

Ahora hay una duda que me obsesiona: ¿He hecho lo correcto? tengo miedo de mi misma, de verme arrastrada por el deseo.

¿Quién podría sospechar todo lo que encierra el alma de una colegiala?

No hace falta mucha imaginación para comprender nuestra constante desesperación ¿Para qué sirve la guerra? ¿Por qué los hombres no pueden vivir en paz? ¿Por qué esta devastación? Pero soy joven. Deseo ardientemente vivir la gran aventura de mi vida, y no quiero pasar el día quejándome.  Cada día me siento crecer interiormente., siento que se aproxima la libertad, siento la belleza de la naturaleza y la bondad de los que me rodean. ¿Por qué habría de desesperarme?


El diario de Ana Frank. Fragmentos.

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